Todo el mundo ha sufrido alguna vez un dolor de espalda o cuello en algún momento de su vida y, posteriormente, ha ido al médico o al fisioterapeuta o le ha dicho alguien de su entorno cercano que la causa de su dolor probablemente sea “una contractura muscular”. Esto también suele ocurrir la mayoría de las veces en una consulta de fisioterapia, con el fin de simplificar el mensaje, pero puede llevar a confusión.  

La contractura muscular es un término muy popular hoy en día que se utiliza para hacer referencia a la contracción mantenida involuntaria de fibras musculares de uno o más músculos. 

¿Te has planteado alguna vez qué es realmente una contractura, por qué te duele y cómo trabajan realmente los músculos?

Los músculos son estructuras biológicas complejas, especializadas en generar acortamiento cuando reciben la orden de hacerlo, vía estímulo nervioso de una motoneurona. Mientras persiste la orden, se acortan y se relajan y cuando dejan de recibir el impulso nervioso, dejan de contraerse y quedan relajados. Por lo tanto, la contracción y relajación son dos procesos activos que se producen uno tras otro, mientras llega orden motora. 

Cada fibra muscular está inervada, esto significa que trabaja con información nerviosa que recibe y manda al cerebro a través de las neuronas. Esto quiere decir que, si se le envía la información de contraerse más de lo necesario, de forma voluntaria o involuntaria, el músculo se contraerá, y viceversa. 

Cada fibra muscular también está irrigada, es decir, entra y sale sangre constantemente dando al músculo su color característico y llegándole de esta manera un buen aporte de oxígeno. 

Por lo tanto, es un proceso complejo, donde el músculo trabaja gracias a que sus fibras se contraen y relajan para realizar actividades de fuerza. 

Popularmente se ha entendido una contractura como un “nudo”, “una bola”, o una “tensión” del músculo, pero, físicamente, es imposible que las fibras musculares formen nudos entre ellas. La contractura muscular no suele ser una causa directa de sentir dolor en dicha zona, la causa de que sientas dolor en alguna zona es debido a otros procesos neurofisiológicos. Así, una contractura no constituye un diagnóstico porque no es una patología en si misma, es un proceso modificable con la correcta información. Esto significa que no hay contracturas crónicas, es todo un proceso mucho mas complejo donde influyen muchas variables que en cada persona será diferente y relevante. 

Entonces, ¿por qué suelo tener la espalda siempre “tan cargada” o “contracturada”? 

Lo primero que hay que tener claro es que los músculos no se contracturan, sino que se contraen o se relajan. 

Los músculos están preparados y hechos para el movimiento. Cuando llevan mucho tiempo en reposo o en posición mantenida, su viscosidad aumenta, se vuelven un poco mas rígidos, les cuesta más contraerse-relajarse. Al tiempo de estar en esa posición mantenida, el músculo recibe menos aporte de oxígeno y la información que va mandando a nuestro cerebro, a través de las neuronas, es de “falta de movimiento y falta de oxígeno”, “fatiga por mantener esa posición mantenida”. Además, según el contexto, situación y muchos otros factores, el cerebro puede mandar la respuesta “dolor-alerta” como una forma de avisar de que necesita movimiento. Es en ese momento cuando se nota dolor en esa zona, “cargada” o rígida. 

También puede ocurrir que al llevar cierto tiempo haciendo un movimiento repetitivo o un movimiento explosivo al que no se está acostumbrado, los músculos se fatigan. Estos van perdiendo esa capacidad de contraerse-relajarse, se va perdiendo esa velocidad de contracción y se sienten más “duros y rígidos”, ya no son capaces de mantener esa contracción-relajación a esa velocidad. Por tanto, la respuesta que puede mandar nuestro cerebro es “alerta-protección-dolor” para que el individuo descanse, pare, cambie de movimiento y deje que se recupere. 

 Así, al masajear la zona o movilizar los músculos, te sientes mejor, te notas que está menos rígido, pero no porque se haya quitado la contractura, sino porque se le estás mandando un estímulo diferente para que cambie la respuesta. 

Pero, ¿esto es un cambio a largo plazo? ¿Crees que un masaje puede hacer que ese músculo no duela más o que aguante mejor esa contracción?

Realmente lo que conseguimos es un alivio a corto plazo, pero si lo que ocurre es que el tejido entra en fatiga por esa posición mantenida en el tiempo, habrá que aumentar sus capacidades físicas para que aguante más tiempo en esa posición sin que mande el mensaje de “no puedo más”. Esto se consigue gracias al re-entrenamiento de la musculatura y el trabajo de fuerza. 

Si sientes que tu espalda está siempre “cargada”, que sueles tener dolor de espalda y te han dicho que la causa es una contractura, puede que el enfoque no sea el adecuado, contacta con nosotros y seguro que podemos ayudarte a que te sientas mejor y entiendas lo que te ocurre. 

Referencias:

  1. Aches and pains. Louis Gifford. CNS Press. 2014. U.K
  2. Explain Pain. David Butler, Lorimer Moseley. 2013.