Se conoce como remo al movimiento de “tirón” que realizamos con nuestros brazos, sea de forma bilateral o unilateral. Por lo tanto, se enmarca dentro de los movimientos de tracción.

Podemos encontrar este movimiento en diferentes situaciones dependiendo de la posición de nuestro cuerpo y la participación de ambos miembros o solo de uno. Mediante esta tracción provocaremos que el objeto del que tiramos se acerca a nosotros o, por otro lado, que nuestro cuerpo se acerque hacia la estructura de la que tiramos.

La retracción escapular como punto de partida

La escápula, o también conocida como omoplato, es una de las estructura más conocidas e importantes de nuestro cuerpo, ya que interviene en gran medida en los movimientos de nuestro tren superior junto con el resto de articulaciones que podemos encontrar en nuestras cinturas escapulares.

Concretamente, la retracción escapular es el movimiento que nos permitirá realizar tracciones horizontales, como un remo, de forma totalmente efectiva y eficiente. Este consiste en llevar nuestra escapula hacia detrás, deslizándose por todo el costado hasta acercarse a nuestra columna vertebral.

Los factores que determinan la realización de este movimiento son los siguientes:

  1. La estabilidad y seguridad que dota al hombro a la hora de realizar la tracción.
  2. La técnica adecuada facilitará que el trabajo sea eficiente y seguro, proporcionando activación a la musculatura que se encarga de tal movimiento como trapecio, dorsal ancho, romboides, etc.
  3. Conseguiremos reducir el estrés en el hombro gracias a la distribución de las cargas, previniendo posibles lesiones.
  4. Aumentaremos el rango de movimiento de la tracción, por lo que conseguiremos trabajar la musculatura en su total capacidad contráctil, es decir, desde su mayor elongación a su mayor contracción.
  5. El movimiento de tracción horizontal parte desde la escápula con la retracción de esta y no del brazo mediante la flexión de codo y extensión de hombro. Por lo tanto, es muy importante enfatizar en este aspecto para conseguir los puntos anteriores.
  6. Puede haber casos en los que haya limitaciones estructurales y biomecánicas a la hora de realizar tal movimiento, por lo que será interesante mejorar ciertas capacidades como el rango de movimiento para conseguir que nuestra tracción sea más eficiente y, consecuentemente, nos aporte más beneficios.

Aspectos técnicos del remo

El remo es un movimiento de tracción, como comentábamos anteriormente, en el que interviene principalmente musculatura de la espalda, hombro y brazo; además de la musculatura del propio core. La participación de una u otra en mayor o menor medida dependerá de aspectos como la posición corporal, el agarre y el instrumental que estemos utilizando.

Técnicamente, debemos realizar un movimiento lo más perpendicular posible a nuestro tronco, donde no se produzca una flexión total del codo para así incidir principalmente en la musculatura de la espalda y no del brazo.

En cuanto a los agarres, podemos encontrar el supino (palma de las manos hacia arriba), el prono (palma de las manos hacia abajo) y el neutro (palma de las manos hacia dentro). Y dependiendo de esto, la musculatura, tanto de hombro como de brazo y antebrazo variarán su activación. Por lo que, dependiendo de que nos interese trabajar más, podremos utilizar uno u otro.

Nuestra posición corporal incidirá en qué musculatura del core trabaja en mayor medida para estabilizarnos. Si nos situamos totalmente verticales, la estabilidad será mayor y todo nuestro cuerpo, a partir del core, será el que se encargue de ello. Si por el contrario nos situamos en una posición más horizontal en decúbito prono (mirando hacia abajo), como en un remo, habrá una mayor demanda de estabilidad en nuestra zona lumbar; en cambio, si nos situamos en decúbito supino (mirando hacia arriba), como en un remo invertido o australiano, el trabajo de estabilización se centrará en nuestro abdomen.

Como ya comentábamos antes, otro de los aspectos técnicos más importantes es realizar una retracción escapular para iniciar el movimiento de remo, a lo que seguirá el movimiento del hombro y del brazo.

Por lo tanto, podemos encontrar una gran variedad de tipos de remo dependiendo de factores como los que acabamos de comentar, pero también según el material utilizado, desde el más sencillo al más complejo, y que nos permitirá trabajarlo de infinidad de formas.

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