Que el ejercicio físico es uno de los mejores aliados de nuestra salud mental es algo ya bien sabido por todos. Pero, ¿sabemos hasta qué punto puede influir en ella y de qué forma?

Con este blog vamos a intentar explicar de manera resumida cuáles son los beneficios directos sobre la mente de personas activas, y los compararemos con otras de perfil más sedentarias.

Siempre que hablamos de ejercicio físico, nos centramos más en que nos ayuda a tener un control sobre nuestro peso corporal, vernos y sentirnos bien con nuestro físico, incrementar nuestra energía, y un largo etcétera de beneficios físicos que ya conocemos.

Pero, además, el ser una persona físicamente activa, nos va a ayudar a combatir las temidas enfermedades del siglo XXI como la hipertensión y la diabetes, niveles altos de colesterol, la artritis, e incluso, la depresión, entre otras.

 Y es que, por si aún no lo sabías, la práctica de ejercicio también ayuda a poner de buen humor a quien lo realiza, beneficiando así nuestra salud mental. De esta manera combatiremos el estrés, incrementaremos la memoria, posiblemente mejore nuestra calidad del sueño y tendremos un estado de ánimo más positivo. ¿Entonces, quién da más?

Vamos a intentar explicar cómo ocurre este proceso en nuestro cuerpo y cuáles son las hormonas más importantes relacionadas con la actividad física.

MOTIVOS FISIÓLOGICOS

Con el movimiento y el ejercicio, nuestro sistema endocrino también juega un papel muy importante. Este es el encargado de la producción de muchas hormonas en nuestro cuerpo, y cuando entrenamos, se liberan las hormonas responsables para que tanto aumentemos nuestro rendimiento como para que sintamos una sensación de confort y de euforia de lo más agradable.

Vamos a ver en detalles cuáles son las más importantes y qué papel desempeñan. Empezamos:

  • Adrenalina y noradrenalina: Producidas por la glándula suprarrenal y pertenecientes a las catecolaminas, se encargan de hacer responder al cuerpo en una situación de estrés o alerta, proporcionando un extra de energía tan rápido como efímero. Así que cuando entrenamos, nuestros músculos obtienen parte de energía gracias a estas dos hormonas.
  • Cortisol: Hormona que durante el ejercicio físico actúa como desencadenante de rutas metabólicas que dan lugar a compuestos de alta energía, como la producción de glucosa en el hígado y la salida de esta a la sangre; el aumento del metabolismo de las grasas en el tejido adiposo y la activación de la degradación de las proteínas. Por lo tanto, y al igual que con la adrenalina y noradrenalina, cuando realizamos ejercicio, el cortisol contribuye a un aumento de energía a través de diferentes mecanismos.
  • Hormonas de la felicidad: Las principales son la dopamina, la serotonina, endorfinas y las encefalinas, las cuales generan una sensación de euforia y bienestar al ejercitarnos contribuyendo así positivamente a nuestro nivel anímico y emocional.

Todas estas hormonas van a tener gran relevancia sobre todo en el entrenamiento de resistencia, como, por ejemplo, la denominada euforia del corredor.

  • La dopamina es también conocida como la hormona de las adiciones negativas. En cambio, su liberación durante la realización del ejercicio la convierte en algo positivo causando una sensación de placer que nos hará querer seguir practicándolo y sustituirlo por otros hábitos como el tabaquismo y el consumo de alcohol.
  • A la serotonina se le denomina la hormona antagonista de la dopamina. Esta va aumentando al acabar de entrenar a medida que la dopamina va bajando sus niveles, y se la asocia con la regulación del sueño y la temperatura corporal, reduciendo también la sensación de dolor.

Así pues, con ella experimentamos una sensación de satisfacción o placer y nos ayuda a lograr un descanso más optimo por las noches.

  • Por último, las endorfinas y encefalinas son liberadas por el sistema nervioso, y también tienen especial papel en la regulación de la percepción del dolor debido a su efecto analgésico. También llamadas opiáceos endógenos.

SEDENTARISMO Y MENTE

Estudios recientes han demostrado que niveles insuficientes de actividad física estarían asociados a un riesgo elevado de decaimiento de nuestro estado emocional.

Además, se puede observar desde la ciencia, que la mayoría de las personas con depresión y ansiedad padecen también de alguna otra patología que produciría mayor sintomatología, una disminución del apego al tratamiento y por consiguiente, una lenta recuperación.

Se ha evidenciado, por consiguiente, que tanto para sedentarismo como la depresión, existen los mismos factores de riesgo con la falta de actividad física. Entre ellos estarían las limitaciones de movimiento, incomodidad, dolor, mala calidad del sueño, poca energía y ansiedad entre otras.

Y no solo eso. En revisiones realizadas en España, se vio que un alto porcentaje de la población sufría en algún momento de su vida episodios de depresión, y en algunos casos más graves, había hasta tendencia suicidas.

Asociado a esto, se ha demostrado que un estilo de vida saludable y activo, no solo mejora la condición física y la esperanza de vida, sino que tendremos menos probabilidad de sufrir alguna patología relacionada con nuestra salud mental.

En Élite nos caracterizamos por nuestra alegría a la hora de preparar y guiar tus entrenamientos. Y al mismo tiempo, podemos garantizar que los niveles de hormonas de la felicidad de nuestros clientes se encuentran siempre en lo más alto.

Así que, y a ti, ¿te gustaría experimentar esa sensación de placer y bienestar al entrenar con nosotros en nuestro centro deportivo de Málaga? Si es así, no dudes en contactarnos a través de nuestra web o Instagram, o escribiéndonos al WhatsApp 656501317.