Entrenar sin la supervisión de un profesional puede parecer una opción viable para quienes desean ahorrar dinero o tienen acceso limitado a un gimnasio o entrenador.
Sin embargo, este enfoque conlleva múltiples riesgos y errores que pueden comprometer tanto los resultados como la salud de la persona en cuestión.
A continuación, vamos a comentar de forma más detallada los principales errores al entrenar sin una supervisión profesional y las consecuencias asociadas a cada uno de ellos.
1. Técnica Incorrecta
Uno de los errores más comunes cuando se entrena sin un profesional es realizar ejercicios con una técnica incorrecta. Los movimientos mal ejecutados no solo reducen la eficacia y eficiencia del ejercicio, sino que también aumentan considerablemente el riesgo de lesiones.
Por ejemplo, para realizar una sentadilla debemos tener en cuenta la alineación de las articulaciones de pie/tobillo, rodilla y caderas; además de realizar el movimiento con la espalda totalmente neutra y estable. Si no somos conscientes y conocedores de que es necesario y cómo adaptar el ejercicio a nuestra biomecánica y características de la persona en cuestión.
2. Sobrecarga o sobreentrenamiento
Otro problema frecuente es el sobreentrenamiento o el uso de una carga excesiva sin la debida progresión. Entrenar sin un plan adecuado y sin tener en cuenta los límites personales puede conducir a una fatiga excesiva y a lesiones por estrés.
El entrenamiento debe seguir un principio de progresión gradual, en el cual se incrementa lentamente el volumen, la intensidad o la frecuencia del ejercicio para evitar una sobrecarga repentina en diferentes sistemas como el músculo-esquelético, nervioso y articular.
3. Falta de progresión adecuada
La falta de supervisión también puede llevar a estancarse en el entrenamiento. Sin un profesional que evalúe el progreso y ajuste el plan de entrenamiento, es común que las personas se queden en la «zona de confort», haciendo siempre los mismos ejercicios con la misma carga. Esto puede detener el progreso y evitar que se alcancen los objetivos establecidos previamente, sean del tipo que sean.
Un entrenador profesional puede identificar cuándo y cómo es apropiado aumentar la dificultad de los ejercicios, ya sea incrementando el peso, el número de repeticiones o el nivel de dificultad de los movimientos. Sin esta orientación, las personas pueden tardar mucho más tiempo en ver resultados, o incluso estancarse.
4. Planificación inadecuada del entrenamiento
Otro error importante es la falta de planificación estructurada. Entrenar sin un objetivo claro y sin un programa adaptado a las necesidades y nivel del individuo puede ser contraproducente. La organización de un programa debe incluir la selección adecuada de ejercicios, la distribución de los días de entrenamiento, y el enfoque en diferentes aspectos como fuerza, resistencia cardiovascular, flexibilidad, y movilidad.
Muchas personas que entrenan por su cuenta suelen hacer ejercicios de manera aleatoria, imitando lo que ven en redes sociales o siguiendo rutinas generales de internet que no están adaptadas a su condición física. Esta falta de individualización puede llevar a entrenamientos desequilibrados, donde algunos músculos o capacidades se desarrollan mientras otros se descuidan.
5. Mala elección de ejercicios
Elegir ejercicios inapropiados para el nivel de experiencia o condición física es otro error común cuando se entrena sin supervisión profesional. Muchas personas intentan realizar ejercicios avanzados sin haber dominado primero las bases. Esto puede no solo ser ineficaz, sino también peligroso.
Por ejemplo, los movimientos olímpicos o los ejercicios pliométricos de alta intensidad requieren un conocimiento técnico profundo y una preparación física adecuada. Intentar realizarlos sin la supervisión adecuada puede llevar a lesiones graves. Los ejercicios deben seleccionarse en función del nivel del individuo, y es importante que se realice una progresión adecuada hacia los movimientos más complejos.
6. Ignorar el calentamiento y la vuelta a la calma (enfriamiento)
Sin la guía de un profesional, es común que las personas se salten o minimicen la importancia del calentamiento antes de entrenar y del enfriamiento al finalizar. Un buen calentamiento prepara las diferentes estructuras como músculos y articulaciones para el esfuerzo posterior, que será mayor, reduciendo así el riesgo de lesiones. De igual manera, el enfriamiento o vuelta a la calma al entrenamiento ayudan a reducir la rigidez muscular y a mejorar la recuperación.
No introducir estos pasos o fases en nuestro entrenamiento puede desembocar en diferentes tipos de lesiones, lo que afectará negativamente a la calidad del entrenamiento y al rendimiento general. Un entrenador se asegura de que estas partes del entrenamiento no sean ignoradas y de que se realicen de manera efectiva.
7. Falta de supervisión en el descanso y recuperación
Entrenar sin la adecuada supervisión también puede llevar a no respetar los periodos de descanso necesarios entre sesiones de entrenamiento, lo que es crucial para la recuperación muscular. Muchos creen erróneamente que más entrenamiento siempre es mejor, y caen en la trampa de entrenar intensamente todos los días sin permitir que el cuerpo se recupere.
La recuperación es una parte fundamental del entrenamiento; es durante los periodos de descanso cuando el cuerpo repara los tejidos dañados y fortalece los músculos. No respetar estos tiempos puede llevar a una fatiga acumulada, sobreentrenamiento y lesiones por sobrecarga/estrés. Un profesional sabrá estructurar los tiempos de descanso adecuados en función del nivel y los objetivos del individuo.
8. Descuidar la nutrición
Otro error común entre quienes entrenan sin supervisión es no prestar la suficiente atención a la nutrición. La alimentación es un pilar fundamental para lograr los objetivos de entrenamiento, ya que proporciona la energía y los nutrientes necesarios para el rendimiento y la recuperación. Sin una guía adecuada, es fácil caer en dietas que no se ajustan a las necesidades personales y a los objetivos planteados, lo que puede frenar el progreso.
Un nutricionista puede ayudar a diseñar un plan nutricional adecuado que complemente el tipo de entrenamiento que se esté realizando, lo que es fundamental para alcanzar los objetivos de manera más eficiente.
9. No adaptar el entrenamiento a necesidades específicas
Y, por último, pero no menos importante, encontramos otro error muy recurrente entre quienes entrenan sin supervisión. Debemos tener en cuenta nuestras características, necesidades y objetivos para configurar el entrenamiento (ejercicios, carga, etc.).
No ajustar el entrenamiento a factores como tu edad, condición física, lesiones, etc. puede llevar a resultados no deseados o incluso empeorar ciertas condiciones.
Entrenar sin la supervisión de un profesional puede conllevar una serie de errores que afectan tanto la eficacia del entrenamiento como la seguridad de la persona. Desde una técnica incorrecta hasta una mala planificación o la falta de descanso, estos errores pueden retrasar el progreso y aumentar el riesgo de lesiones.
Contar con la orientación y el asesoramiento de un profesional es clave para garantizar que el entrenamiento sea efectivo, seguro y adaptado a las necesidades individuales.
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