La posición ideal para dormir es algo que provoca una gran incertidumbre muy común entre los pacientes. ¿Cuál es la mejor postura para dormir? ¿Tengo que dormir en alguna posición para que no me duela? ¿Dormir boca abajo es malo? ¿Qué es mejor dormir con una o dos almohadas?
Es normal tener este tipo de preguntas porque existen muchas imágenes correctivas circulando por la red, sobre “qué es lo más correcto” o “cómo no debemos hacer algo”. Además, seguro que muchas de las creencias populares que afirman que dormir en una determinada posición es bueno para descansar y no tener dolor ha llegado a oídos de la mayoría.
Como sabemos, el sueño es una función biológica fundamental y, es durante este proceso, cuando el cerebro descansa y se recarga para estar activo durante el día.
Se ha estudiado mucho sobre si la postura durante las horas de sueño es relevante para la calidad del sueño de la persona y si influye en el dolor. La evidencia científica nos dice que NO existe una postura ideal para dormir mejor. Cada persona tiene su propia posición en la que se siente más cómoda y le permite un descanso más óptimo, ya que cada persona es diferente y sería imposible encontrar una postura ideal para todo el mundo.
En cuanto a patologías músculo-esqueléticas, se ha visto que, dependiendo del tipo patología y la fase de recuperación en que esté el tejido, sí que puede haber ciertas posturas o posiciones que puedan hacer que el paciente pueda descansar mejor y alivie su dolor como, por ejemplo, en lesiones traumáticas graves o embarazadas. En cada caso, tu fisioterapeuta te aconsejará, tras haber realizado la correspondiente historia clínica y exploración física, qué postura es más recomendable en ese momento concreto para aliviar el dolor. Esto solo ocurrirá en situaciones puntuales, ya que se ha comprobado que, para una misma patología, cada paciente sentía que dormía mejor y sin dolor en posiciones totalmente diferentes.
Por otro lado, una gran parte de la población tiene problemas para conciliar el sueño o sienten que no descansan lo suficiente y, por eso, buscan desesperadamente una posición o postura ideal para poder dormir y descansar. La evidencia científica nos dice que lo más importante para mejorar estos aspectos es el ejercicio físico. Aumentar el nivel de actividad física puede mejorar la calidad del sueño. Así, tanto el entrenamiento de fuerza como el ejercicio aeróbico o de alta intensidad mejoran la sensación de descanso durante el sueño.
Por lo tanto, la respuesta a la pregunta cuál es la mejor postura para dormir sería que no hay una postura ideal, sino que cada uno, individualmente debe encontrar la que mejor le funcione y con la que se sienta mas cómodo para poder descansar y despertarse sin dolor.
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