Hemos hablado del proceso de curación de diferentes tejidos como un músculo, un ligamento o un hueso, donde cada uno tiene un proceso de curación específico. En esta entrada vamos a explicar el proceso de curación que tiene un nervio cuando se ha dañado, y cómo la fisioterapia puede ser la clave para la recuperación.
Seguro que alguna vez has oído hablar de la famosa “ciática”, o alguna vez has escuchado “se me ha pinzado un nervio”, es lo más común a la hora de hablar de problemas en el nervio.
¿Sabes realmente que es la ciática? ¿Sabes cómo se puede dañar un nervio? ¿Sabes cómo se cura y qué puedes hacer para mejorar?
Muchas veces me vienen pacientes a la consulta con neuropatías (daño en el nervio periférico) y la principal incertidumbre que tienen es, ¿esto ya es para siempre? ¿No podré hacer vida normal? ¿Cuánto tiempo me va a durar? Diferentes profesionales de la salud le han recomendado que tienen que hacer reposo y evitar ciertas actividades. Aquí el fisioterapeuta especializado en lesiones del nervio periférico, es clave para ayudar al paciente en su proceso de curación.
Para entender mejor cómo se puede dañar un nervio y cuál es su proceso de curación, hay que entender cómo es un nervio porque un músculo, hueso o ligamento, más o menos todos nos hacemos una idea, pero del nervio sabemos algo menos.
Anatomía del Sistema Nervioso Periférico
En la columna, tenemos la columna cervical que tiene 7 vértebras, la columna torácica que tiene 12, la columna lumbar que tiene 5 y el sacro. Entre cada vértebra está el disco intervertebral. Detrás del cuerpo vertebral tenemos el agujero vertebral que es por donde pasa la Medula Espinal y entre cada vértebra se forma el agujero intervertebral o agujero de conjunción que es por donde sale cada raíz nerviosa.
Cuando sale la raíz nerviosa de cada nivel se van entrelazando para formar los plexos nerviosos y de ahí que luego se forme el nervio periférico, el más famoso en el miembro inferior es el nervio ciático y en el miembro superior el nervio mediano.
Una vez que se forma el nervio periférico es el que llega hasta el final de los dedos, tanto del pie como de la mano.
Para imaginarse mejor el nervio periférico quiero que te imagines una bolsa de espaguetis. Los espaguetis son las fibras nerviosas, un conjunto de axones (parte final de una neurona) que se agrupan en unos fascículos y todos en conjunto forman el nervio. El envoltorio de los espaguetis es la primera capa que recubre a ese nervio.
Por tanto, un nervio contiene las neuronas que se encargan de la conducción de la información necesaria para permitir la sensibilidad y la motricidad de las diferentes áreas corporales. Hay nervios que son solo motores (responsables del movimiento) y otros solo sensitivos (responsables de la sensibilidad) y otros son mixtos.
Además, cada nervio periférico tiene un campo de inervación. El músculo está inervado por un solo nervio, pero con aportación de varias raíces. Cada raíz nerviosa corresponde a un campo sensitivo específico, es lo que se llama Dermatoma, un área de la piel que corresponde a una raíz. Esto nos ayuda a la hora de diferenciar si se trata de una lesión u otra, según los síntomas del paciente.
Como has visto, la anatomía del sistema nervioso periférico es compleja. La lesión del sistema nervioso periférico se puede dar en muchas partes: en la salida de la raíz nerviosa (lesiones de raíz o Radiculopatía), en el plexo braquial (lesiones del plexo) o en algún punto de todo el recorrido del nervio periférico (lesiones del tronco nervioso). Por lo tanto, es muy importante saber dónde ha sido la lesión porque determinará el tiempo de curación.
En la famosa “ciática”, normalmente la lesión ocurre en la raíz nerviosa. Sin embargo, en el Síndrome del Túnel Carpiano la lesión ocurre en el nervio mediano cuando llega a la muñeca.
¿Cómo se daña un nervio?
El porcentaje de casos de lesiones nerviosas es pequeño porque el nervio es una estructura muy resistente y moldeable. Contiene tejido conectivo que hace que se proteja y se adapte en mayor medida cuando está comprimido.
El nervio puede verse afectado y dañado de muchas formas. Por ejemplo, en la radiculopatía lumbar (problema en la raíz nerviosa), la raíz se daña por el proceso inflamatorio inmune como consecuencia del contacto entre el material del disco intervertebral y el nervio.
Otra de las cosas que no le gusta al nervio mecánicamente es la compresión o el estiramiento mantenido. Realmente lo que ocurre es que soporta muy mal la isquemia (la falta de aporte sanguíneo) porque el nervio necesita mucha glucosa para funcionar correctamente, y esta llega a través de la sangre. Si comprimimos un nervio o lo mantenemos estirado durante un tiempo, le privamos de ese aporte sanguíneo y eso empieza a tener unas consecuencias que nosotros notaremos de una forma característica. Te pongo el ejemplo: cuando pasas mucho tiempo sentado en algo duro con las piernas cruzadas y que al levantarte, o cuando llevas un rato, empieza a hormiguearte la pierna o se te queda dormida, o te dan ráfagas de calambres. Esta es la forma que tiene el nervio de avisarte de que necesita movimiento porque se le está privando del aporte sanguíneo. Ahí todavía no ha habido ningún daño simplemente te está avisando con antelación de que hay una parte del nervio que está sufriendo. De hecho, cuando empiezas andar, al cabo de unos minutos, desaparece la sensación incómoda en la pierna.
Por lo tanto, la compresión o la tensión pueden llegar a condicionar la salud del nervio, no lo condicionan de entrada porque el nervio es capaz de adaptar, pero puede condicionarlo si las condiciones no son las mejores para el nervio, y además esta se mantiene en el tiempo.
¿Qué nos puede hacer pensar que el nervio está dañado?
Dependiendo de dónde haya sido la lesión (raíz, plexo o nervio periférico), de cuantas fibras nerviosas se han visto afectadas y de cómo haya sido, los síntomas que el paciente experimentará serán diferentes. Por eso, las características clínicas son variables y diversas: dolor eléctrico, cambiante y difícil de explicar, a veces de alta intensidad (dolor neuropático). El dolor espontáneo, sin motivo aparente, es otra característica, así como el dolor nocturno (en algunos cuadros clínicos). Dependiendo de la afectación del nervio, el paciente pierde sensibilidad y fuerza en una zona concreta y se nota hormigueo o acorchamiento en áreas específicas del brazo o la pierna.
Diagnóstico y Tiempo de curación del nervio
Para marcar bien el tratamiento y pronóstico de una lesión nerviosa es muy importante tener un buen diagnóstico, para ello, es importante realizar una buena historia clínica para saber bien que ha ocurrido y una evaluación física que influye una exploración neurológica para testar la funcionalidad del nervio. Con todo, a veces es necesario pruebas complementarias como Resonancia, electromiografía o electro neurografía para ayudarnos a determinar el mejor diagnóstico posible.
El tiempo de curación de un nervio es un poco diferente a los de otros tejidos que hemos visto en anteriores posts, como un músculo o un hueso. La gráfica de la historia natural es que el dolor puede comenzar gradualmente durante 2-3 semanas sin comprometerte demasiado, empezando con un dolor lumbar o dolor cervical o en la zona de la escápula, a partir de las 2-3 semanas comienza un dolor mucho más desagradable y agudo que dura 3 semanas mas o menos antes de que comience a bajar, esta es la fase mas desagradable para el paciente porque no sabe cómo aliviar su dolor. Una vez pasa la peor fase, el dolor es mucho mas manejable hasta que dependiendo de la persona y tipo de lesión en 3-4 meses está mucho mejor. Además, en esta tercera fase, donde la sensación de dolor es mucho mas llevadera, la gráfica de la recuperación es tipo Toblerone, eso significa que el nervio se cura teniendo subidas y bajadas de dolor. En un momento puedes tener un dolor de 3 sobre 10 que no te afecte mucho, y a los 10 minutos sin haber hecho nada tener un dolor mucho más agudo, o bien pasar un día prácticamente sin dolor y de repente por la noche tener un dolor de 10 sobre 10. Este comportamiento es normal y no tiene que preocuparte porque es la forma que tiene el nervio en curarse.
También sabemos que a veces cuando un nervio se daña y termina su proceso de curación, como se cura en forma de cicatriz, se queda un poco de sensibilidad o un poco diferente a como estaba previo a la lesión, pero eso no significa que no funcione bien o que ya no sirva, simplemente que es algo diferente de como era antes, pero sigue siendo totalmente funcional.
¿Cómo la fisioterapia puede ayudar al proceso de curación?
El fisioterapeuta especializado en lesiones nerviosas es el que más puede ayudarte durante el proceso de curación. El tratamiento se basa en tratar el dolor neuropático, cuidando la salud del nervio y mejorando su metabolismo. Se usan técnicas específicas de terapia manual como neurodinamia o ejercicio terapéutico, controlado para mejorar la compresión y el metabolismo del nervio, siempre adaptado a las necesidades biomecánicas y las capacidades de cada paciente.
Si te han dicho que tienes una radiculopatía o algún daño en el nervio periférico y no sabes bien que hacer para recupérate, no dudes en contactar con nosotros porque seguramente podremos guiarte en tu proceso de curación. Puedes hacerlo en este formulario o en nuestro WhatsApp 656 50 13 17.