Hoy daremos un viaje a un mundo de fantasía, mitos y leyendas sin salir del gimnasio. Y es que, como en todos los ámbitos, dentro del entrenamiento hay muchísimos mitos que aún siguen hoy en día, aunque muchos de ellos han sido desmontados desde hace bastante tiempo. Haremos un breve repaso por algunos de los mitos más frecuentes.

El entrenamiento de fuerza frena el crecimiento

En ocasiones este mito ha podido realmente calar a muchos padres y madres, aterrorizándose y apartando a sus hijos del entrenamiento. Pero en estas leyendas no hay duendes, por lo que no, quédense tranquilos, el entrenamiento no frena el crecimiento. Esto puede que se extendiera a través de un estudio basado en el trabajo infantil en unas condiciones de vida muy duras para los niños y niñas que formaban parte de la muestra. Nada que ver y totalmente demostrado que no es aplicable al mundo del deporte, la actividad física y el entrenamiento, son muy favorables para el desarrollo motriz, las capacidades básicas de fuerza, resistencia, coordinación, equilibrio, etc. Por lo que este mito no debe hacer mella en esos padres tan preocupados por sus hijos, y todo lo que pueda perjudicarlos. Un entrenamiento adaptado a las necesidades de su edad y características, es perfecto para su desarrollo.

Conversión grasa-músculo

La biología, química y fisiología forman parte de nosotros, y atienden a unas normas estrictas en cuanto respecta a los procesos que ocurren en nuestro cuerpo. La alquimia, en cambio, debo decir que no es algo que funcione, y como no se puede transmutar el plomo en oro, tampoco la grasa en músculo, al menos hasta que se descubra la piedra filosofal. Las células de grasa y musculares se crean y se destruyen en procesos metabólicos, por lo que podemos ganar o perder, pero no transformar. Lo que se le llama «ponerse fuerte´´ es, realmente, haber completado un periodo de pérdida de grasa y uno de ganancia muscular.

Chicas y musculación: WARNING

Uno de los grandes miedos de las chicas que comienzan a entrenar fuerza, es no ser aceptadas socialmente al no encajar en los cánones de belleza preestablecidos si aumentan su musculatura. Así como el ver atletas de fuerza o culturistas, les da la vertiginosa idea de que al entrenar fuerza un día sin darse cuenta despertarán convertidas en Hulk. Tranquilas, al igual que por apuntarte a tenis no vas a tener el revés de Nadal, por entrenar fuerza no te convertirás en una culturista. El tema de la aceptación social si es más delicado, poco a poco vamos ganando la batalla cultural, es algo que tardará, pero poco a poco se normalizará ver a una chica fuerte y con más musculatura de la que tuvieron nuestras madres y abuelas, ya que, en realidad es lo más saludable. Paliando enfermedades como la osteoporosis (sufridas por muchas mujeres tras la menopausia), asegurando más independencia y autonomía en la vejez, salud articular y disminución de riesgo de dinapenia (pérdida de fuerza).

Estoy musculando, puedo comer de todo

Esta es una leyenda muy peligrosa, ya que echa por tierra los objetivos reales del usuario y el entrenador. Tanto cuando se está en proceso de aumentar masa muscular como cuando hemos realizado un entrenamiento duro, se suele pecar al comer, pensando que no pasa nada, que lo necesitamos o que con el entrenamiento que hemos realizado no nos va a repercutir. Cierto es que si estamos en fase de ganancia muscular o entrenamos duro podemos y debemos elevar un poco las calorías consumidas, pero no hay que ser tan optimistas. Un entrenamiento de 1 hora regular no cubre 5 cervezas, una rosca de ibérico con queso, patatas fritas, 2 brownies y un par de copitas con tónica cero para rebajar la comida. Hay que ser consecuentes con nuestros objetivos, y también realistas, porque luego nos podemos frustrar al no tener una perspectiva real de lo que falla y de por qué «no funciona la rutina de entrenamiento».

Pérdida de grasa localizada

Aquí podíamos comenzar con un «érase una vez», ya que, este posiblemente sea el mito que más veces he oído. Tanto, que me atrevería a decir que el 90% de la población lo cree, y aun así rompo una lanza a favor de este, y es que la lógica humana puede llegar al equívoco fácilmente al pensar «si trabajo X, recibiré X beneficios». Pero lamento comentar que no funcionamos tan fácilmente, los lugares donde nuestro cuerpo almacena grasa vienen dados genéticamente, y no podemos perder grasa de forma localizada a nuestro antojo, o decidir donde mantenerla o ganarla. Las rutinas de abdominales infinitas solo estimularán la musculatura y os permitirán quemar algunas calorías, pero no provocarán el efecto milagroso que muchas personas buscan. Eso vendrá con una verdad algo más dura, y es que, tienes que embarcarte en un proceso de cambio de hábitos nutricionales y empezar a entrenar de la mano de profesionales, que te orientarán y te harán ver las cosas como son realmente, ya que lo peor de todo, es que este mito sigue extendiéndose debido al mal hacer de empresas y personas que se aprovechan del desconocimiento de la gente para ofrecerles un camino fácil y ficticio lleno de productos detox y dietas milagro que lo único que harán será frustraros y vaciaros los bolsillos.

Si queréis saber más sobre estos mitos o probar un entrenamiento en Élite, os invitamos a una primera sesión gratuita. Para ello, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en este formulario o en nuestro WhatsApp 656 50 13 17.