A la hora de practicar otros deportes parece que la respuesta está más clara, ya sea por sabiduría popular o por la simpleza de que el calzado lleva el apellido del deporte al que está predeterminado o enfocado. Ejemplos tales como: zapatillas de tenis, pádel, baloncesto, fútbol, ciclismo, o botas de esquí, boxeo, senderismo, etc. En estos aspectos, todo queda mucho más claro y todos podemos encontrar información en la misma tienda a la hora de comprar el producto. Pero, ¿si preguntamos qué zapatillas comprar para hacer peso muerto, sentadilla o hacer un HIIT? Quizás el chico/a de la tienda se quede en blanco, al ser un tema menos tratado o extendido. En esencia el calzado es un aspecto muy importante pero no tan complejo si se conocen los preceptos básicos de: ¿por qué? y ¿para qué? Por ello, desde Élite vamos explicar qué tipo de calzado es más óptimo para determinados ejercicios o tipos de entrenamiento para que podáis exprimir un poquito más vuestros entrenos.

Tipos de entrenamiento

A la hora de configurar un entrenamiento hay una gran variabilidad e individualización, por ello, haremos una división entre ejercicios de fuerza estáticos, dinámicos y acciones más metabólicas tales como pliometría, tabatas, HIITs, running, etc., lo que todos conocemos como cardio, donde nuestra carga es nuestro propio peso corporal y la distancia, tiempo o repeticiones que dispongan nuestros entrenadores. En cambio, a la hora de ejecutar ejercicios de fuerza de forma estática (sin desplazarnos) y manejando cargas medias o altas, usamos implementos tales como barras, mancuernas, kettlebells o discos, levantándolos con acciones de empujes o tracciones, por lo que la película cambia, así como las necesidades del calzado en cada caso.

Calzados con superficie plana y fuerza estática

Este tipo de calzado es el más óptimo a la hora de trabajar fuerza. Esto es debido a que, en comparación con las típicas zapatillas de fitness o de running, la suela plana nos ofrece mayor contacto con el suelo, al no llevar tacón o suelas muy acolchadas no producen tantos desequilibrios y la fuerza se distribuye mejor. Son ideales para realizar ejercicios estáticos de fuerza como: remos, sentadillas, pesos muertos, empujes de hombros o hip thrust. Un mayor contacto con el suelo nos aporta mayor agarre con el mismo, favoreciendo así una mejor transmisión de fuerza. Además, una superficie plana demanda mayor dorsiflexión en ejercicios como la sentadilla, mejorando así nuestra movilidad y estabilidad en la articulación del tobillo. Como ejemplos de este tipo de calzado tenemos las famosas vans, zapatillas de futbol sala, botas de boxeo o zapatillas fivefingers.

A continuación, mostramos unas imágenes de los diferentes tipos de calzado plano:

¿Y para fuerza dinámica?

En el párrafo anterior se ha mencionado los aspectos más relevantes a la hora de ejecutar ejercicios estáticos, pero, ¿y en el caso de entrenamientos híbridos o ejercicios más dinámicos? En este tipo de casos, donde podemos encontrar circuitos que contengan tanto fuerza estática como dinámica y metabólico, el equilibrio estaría en el punto medio, por lo que un calzado tipo Vans sería lo más recomendado, sin llegar al extremo de la bota de boxeo, la cual no amortigua nada y estaría desaconsejada para saltos y ejercicios de alto impacto articular. Si tenemos en el mismo entrenamiento una sentadilla pesada y burpees (por ejemplo) dependiendo de nuestro caso podríamos actuar de las siguientes formas:

  1. Tengo unas vans: puedo realizar ambos ejercicios con ellas.
  2. Tengo unas zapatillas de running: puedo descalzarme para la sentadilla y posteriormente durante el descanso ponérmelas para los burpees.

Calzado con tacón y amortiguación para cardio

Antes de comenzar con las ventajas, desventajas y lo que nos aportan este tipo de calzado, a modo de conexión con todo lo comentado anteriormente, ¿habéis visto cómo son las zapatillas de atletismo? Son unas zapatillas con una suela sin mucho tacón ni amortiguación, lo contrario a las típicas zapatillas de running. La razón de esto es que la transmisión de fuerza, como hemos comentado, es mejor con una suela plana y la superficie de la pista de atletismo está preparada para ello. Pero, en el caso del usuario medio, que ejecuta sus sesiones de cardio, las cuales pueden contener acciones de alta intensidad con impacto como saltos al cajón, zancadas con salto, sprints, etc., es más recomendable buscar un tipo de calzado con mayor amortiguación para salvaguardar nuestras articulaciones de esos impactos. En estos casos, donde la carga es nuestro propio cuerpo y no hay que estabilizar cargas por encima de nuestra cabeza o levantar objetos pesados, las zapatillas de running son la mejor opción, optando siempre por la que más se adapte a nuestro pie y que nos aporte flexibilidad y amortiguación a la hora de realizar nuestras sesiones de cardio suave, moderado o de alta intensidad.

Si quieres saber más sobre este y otros temas relacionados con tu entrenamiento, te animamos a ponerte en contacto con nosotros en este formulario o en nuestro WhatsApp 656 50 13 17.