Hoy en día, si entendemos qué es el dolor, por qué tenemos dolor y toda su complejidad, se disminuye la incertidumbre ante aquellas situaciones que consideras potencialmente peligrosas y que, por consiguiente, te pueden generar aún más daño.

Por eso, te proponemos una serie de consejos para hacer tu experiencia dolorosa lo más llevadera posible.

DOLOR FÍSICO NO TIENE PORQUE SER IGUAL A DAÑO EN EL TEJIDO

Tenemos la creencia de que sólo podemos sentir dolor si tenemos alguna estructura de nuestro organismo dañada. Debes saber que, aunque el dolor se pueda producir, y a menudo sea el resultado de un daño tisular en nuestro organismo, no significa que las personas no puedan tener dolor sin daño tisular y viceversa.

La cantidad de dolor que experimentas no se asocia a un mayor daño en el tejido. Se ha realizado mucha investigación acerca del dolor y la cantidad de daño en el tejido y se ha demostrado que las personas podemos tener mucho dolor sin daño en el tejido o con un daño muy muy pequeño y tener mucho daño en un tejido sin tener absolutamente ningún dolor.

Existe una fuerte evidencia que demuestra cómo muchas de las cosas que hoy día llamamos “desgastadas”, “deformes”, “degenerativas” e, incluso, “desgarradas” se encuentran comúnmente en personas sin dolor y sin discapacidad. Estamos empezando a reconocer y entender que, cambios en el tejido, no implica necesariamente dolor.

EVITA MITOS

Entender la fisiología del dolor es efectivo para evitar creencias erróneas y mejorar el estado de salud.

1. EL DOLOR ES MUY COMPLEJO

El dolor es más complejo de lo que imaginamos y depende de muchísimos factores como la calidad del sueño, creencias acerca de tu dolor y lo que te han contado “me dijeron que mi espalda estaba muy mal porque tenía muchas contracturas), experiencias previas, pensamientos negativos, hipervigilancia de nuestros tejidos, estrés, estado de ánimo, la actividad, el estado de los tejidos o el contexto sociocultural. Todo esto afecta a la cantidad de dolor que podemos llegar a experimentar.

2. EL PODER DE LAS PALABRAS

Las palabras tienen el poder suficiente para que el dolor sea mejor o peor. Sabemos que el empleo de un lenguaje nocebo (negativo) tiene la capacidad suficiente para empeorar la experiencia dolorosa de la persona.

Si nuestra creencia es que tenemos una espalda frágil y llena de contracturas, a la mínima que realicemos algo fuera de lo normal van a saltar todas las alertas y, eso, conducirá a la respuesta de dolor. Además, el efecto nocebo ayuda a explicar cómo nuestras expectativas negativas pueden dar como resultado estrés, ansiedad y aumento del dolor.

Por ejemplo, si un profesional sanitario te dice: “Tienes escoliosis y no podrás volver a hacer ejercicio, cuidado con todo lo que hagas”. Imagina el poder de estas palabras en una persona que ama el deporte. ¿Cómo crees que influirán en su dolor?

3. EL EJERCICIO ES EL MEJOR ANALGÉSICO

El movimiento puede ser una de las formas más poderosas de mejorar el dolor. Cuando hablamos de dolor, el mejor suplemento es el movimiento y el ejercicio físico. Aunque en algunas situaciones se precisa supervisión para pautar una dosificación acorde con el cuadro clínico, están ampliamente demostrados y documentados efectos como: un aumento de los mecanismos de analgesia endógena, mejora del miedo al movimiento, mejora del estado físico y la autoestima y prevención de muchas comorbilidades.

¿Tienes dolor y no sabes cómo manejarlo? ¿Quieres mejorar tu salud con nosotros?

Nos encargamos del manejo y tratamiento de todo tipo de problemas neuro-músculo-esqueléticos que, normalmente, cursan con dolor. Tenemos especial interés en lesiones deportivas y dolor.

Te esperamos en Élite.

Referencias:

1. Cuentos Analgésicos. López Cubas. Zérapi. 2018
2. Aches and pains. Louis Gifford. CNS Press. 2014. U.K
3. Explain Pain. David Butler, Lorimer Moseley.