Hace unas semanas hablamos sobre qué es el estrés, y cómo se genera, y dimos unas pinceladas sobre cómo podía influir en la curación de los tejidos. 

Esta semana, vamos a seguir aprendiendo más curiosidades acerca del estrés, ya que parte de la población no entiende bien qué ocurre cuando se tiene y si este influye en el dolor o no.

Al estrés se le ha otorgado un significado negativo desde hace mucho tiempo, hasta el punto de convertirse en algo mítico cuando alguien nos dice «será estrés», cuando no sabemos qué nos ocurre. Por lo tanto, es importante diferenciar la respuesta de estrés aguda y crónica, porque tiene unas consecuencias diferentes.

El estrés es una compleja respuesta de nuestro organismo ante lo que el Sistema Nervioso percibe como una amenaza para nuestra integridad, ya sea la presencia de un león dispuesto a devorarnos, el covid-19, o la subida de la luz y no llegar a fin de mes. Realmente sin estresores un organismo vivo no tendría resiliencia para adaptarse a nuevas dificultades del día a día. Esto se conoce como Alostasis.

¿Qué es la Alostasis? ¿Es lo mismo que la homeostasis?

La homeostasis hace referencia a que el organismo tiene un nivel ideal para todo y que se tiene que mantener un equilibrio homeostásico, un estado en que todas las medidas fisiológicas se hallan a un nivel óptimo. Se ha demostrado que lo que es ideal en condiciones basales es diferente en un estado de estrés, o que la presión sanguínea ideal cuando uno está dormido es diferente a cuando uno practica deporte, así, para entender la fisiología del estrés, es mejor referirnos al término de Alostasis, donde el organismo se va adaptando al contexto y a la carga.

Todo se entiende mejor con un ejemplo.

Supongamos que hay escasez de agua en nuestro cuerpo, la solución homeostática sería: los riñones son los que resuelven el problema, se vuelven más estrictos, producen menos orina para la conservación del agua. La solución alostática es: el cerebro resuelve el problema, le dice a los riñones que hagan su trabajo, envía señales para retirar agua de las partes de nuestro cuerpo donde se evapora fácilmente (piel, boca, nariz) y nos hace sentir sedientos. La homeostasis consiste en hacerle pequeños arreglos a esta válvula o este artilugio. La alostasis consiste en que el cerebro coordina diversos cambios en el volumen corporal, lo que a menudo incluye cambios en el comportamiento.

Además, el cuerpo no lleva a cabo toda esta complejidad reguladora sólo para corregir algún punto determinado que ha dejado de funcionar. También puede realizar cambios alostáticos anticipándose a la probable avería de un punto determinado. Por lo tanto, no nos estresamos únicamente por agentes estresantes físicos como huir de algo, sino que activamos la respuesta de estrés en anticipación de posibles desafíos, y normalmente dichos desafíos son esa agitación puramente psicológica y social.

Un agente estresante puede definirse como todo aquello que rompe el equilibrio alostático de nuestro cuerpo y, la respuesta de estrés, es el intento que nuestro cuerpo efectúa para establecer la alostasis. Ante agentes estresantes diferentes como una herida, hambre, exceso de calor, exceso de frío o estrés psicológico se activa la misma respuesta de estrés.

Así, desde un punto de vista evolutivo, nuestro organismo activa diferentes respuestas fisiológicas con un objetivo básico: adaptarnos a cada situación de nuestro entorno para mantener la supervivencia.

La respuesta de estrés implica la interacción del hipotálamo (sistema nervioso), la glándula pituitaria y suprarrenales, el sistema neuroendocrino, inmunológico y el sistema nervioso simpático para favorecer que nuestro organismo se prepare para afrontar situaciones amenazantes o estresantes.

Por lo tanto, la respuesta de estrés ante un agente estresante, ya sea físico o psicológico, provoca una serie de respuestas fisiológicas adaptativas:

  • Se moviliza rápidamente la energía desde los sitios en que se halla almacenada hacia donde se necesitan, como por ejemplo los músculos.
  • Paraliza los sistemas de curación a largo plazo. Cuando hay un tornado sobre la casa, no es el momento de pintar la cocina, hay que esperar hasta que se haya superado el desastre. Así, ante una situación de estrés se paraliza la digestión, no hay tiempo de aprovechar los beneficios energéticos de este lento proceso. Del mismo modo, durante la respuesta de estrés se inhibe el crecimiento. Si se está corriendo para salvar la vida, es mejor dejar para otro día que crezcan los huesos. 
  • Pero también ocurre que durante la respuesta de estrés, la percepción de dolor es menor o directamente se inhibe. En medio de una batalla, donde un soldado resulta herido de bala, ni siquiera se da cuenta o siente un ligero dolor. Es una analgesia provocada por el estrés que es muy adaptativa y se halla muy documentada. Ante una situación de estrés el sistema nervioso está mucho más ocupado intentado lidiar con esa situación amenazante, que de avisar a los tejidos de ese daño y que tu seas consciente de ello.
  • Además, durante el estrés se modifican las habilidades cognitivas y sensoriales. De repente se mejoran ciertos aspectos de la memoria, lo que siempre es útil cuando se trata de resolver una emergencia. Todos los sentidos se agudizan. Imagina que estas andando solo por la calle de vuelta a casa a las 4 de la mañana. Está todo muy a oscuras. Todos tus sentidos se agudizan cuando pasas justo por la calle que siempre te han dicho que suelen robar.

En definitiva, se inhiben todos los procesos que no son importantes en ese momento para dar mas actividad a los que si lo son.

Por lo tanto, no podemos pensar que el estrés en sí sea malo porque es una respuesta necesaria para que realicemos nuestro día a día, pero es importante que después de una situación de estrés, llegue la calma de nuevo y nuestros sistemas vuelvan a trabajar con normalidad.

Viendo todos los mecanismos y respuestas que se ponen en marcha durante el estrés, no se ha demostrado que haya una relación de causalidad entre el estrés y el dolor.

El problema viene cuando esta respuesta de estrés se mantiene en el tiempo.

Una de las consecuencias mas importantes que tiene el cortisol mantenido en el tiempo es que inhibe la curación de los tejidos, es decir, hace que tarde más tiempo una lesión en recuperarse, porque todos los sistemas están trabajando a full ante otras amenazas.

Por eso mismo, es importante que, durante el proceso de curación de un tejido, tengamos los menores agentes estresantes posibles para ayudar al proceso de recuperación. Si te has hecho una cirugía y no te explican nada de la rehabilitación, no sabes si es malo apoyar o no, no sabes si te vas a recuperar del todo, eso es un agente estresante y puede ser un mal pronóstico en cuanto a la curación. Una de las tareas del fisioterapeuta es guiar al paciente en todo este proceso.

Si tienes cualquier dolor musculo esquelético o alguna lesión de larga evolución que no termina de mejorar, que ya no sabes que hacer, ponte en contacto con nosotros mediante este formulario y te asesoraremos y te guiaremos en todo tu proceso para que te recuperes mejor.

Referencias

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