El dolor en el hombro es una de las afecciones más comunes que afecta a las personas que practican actividad física, y se encuentra entre las principales causas de incapacidad en el ámbito laboral y deportivo.

Un dolor particular que muchos experimentan está relacionado con el espacio subacromial, un área crucial en la mecánica del hombro que puede verse comprometida por diversas razones.

En este artículo, abordamos cómo el espacio subacromial puede ser la fuente de molestias en el hombro, y cómo un enfoque conservador que implica trabajar en la cabeza larga del bíceps y modificar el trabajo del supraespinoso en las elevaciones puede ser clave para el tratamiento y la recuperación.

¿Qué es el espacio subacromial y cómo afecta al hombro?

El espacio subacromial es un área estrecha situada entre la parte inferior del acromion (una estructura ósea que forma parte de la escápula) y la cabeza del húmero. Esta área contiene varias estructuras importantes, como el manguito rotador, el tendón del bíceps y la bolsa subacromial (una cápsula que permite que estas estructuras se deslicen con facilidad). Cuando el espacio subacromial se ve reducido, ya sea por el uso excesivo, la postura inadecuada o la presencia de una alteración anatómica (como un acromion tipo C o un mal posicionamiento de la escápula), se produce una compresión de estas estructuras. Esto puede generar dolor e inflamación en el hombro, lo que lleva a una patología conocida como síndrome de impacto subacromial o “conflicto subacromial”.

El papel del bíceps en el tratamiento conservador

El bíceps braquial, particularmente su cabeza larga, es un músculo que a menudo se pasa por alto cuando hablamos de rehabilitación de hombro. Esta cabeza larga se inserta en el labrum, una estructura cartilaginosa del hombro, y su tendón pasa por el espacio subacromial. Si el trabajo del bíceps no se gestiona correctamente, puede contribuir a la compresión de las estructuras en esta zona y, por ende, al dolor en el hombro. Sin embargo, al trabajar la cabeza larga del bíceps de manera adecuada, podemos reducir la sobrecarga en el manguito rotador y en el supraespinoso, favoreciendo una recuperación efectiva.

El entrenamiento de la cabeza larga del bíceps puede mejorar la estabilidad del hombro y permitir un mejor control del movimiento durante las elevaciones y otras actividades. Al fortalecer esta área, conseguimos distribuir la carga de manera más equilibrada entre los diferentes músculos que rodean la articulación del hombro, evitando una implicación excesiva del supraespinoso y reduciendo la compresión en el espacio subacromial.

Anulación del trabajo del supraespinoso en las elevaciones de hombro

El supraespinoso es el músculo más afectado por la compresión en el espacio subacromial. Durante las elevaciones del hombro (como las elevaciones laterales o frontales), este músculo juega un papel fundamental en el levantamiento del brazo. Sin embargo, cuando se encuentra comprimido debido a la reducción del espacio subacromial, su función se ve alterada, lo que contribuye a la sensación de dolor y rigidez.

Una de las estrategias más efectivas en un tratamiento conservador es modificar la ejecución de los movimientos de elevación para evitar una sobrecarga del supraespinoso. Esto se puede lograr a través de técnicas específicas como:

  1. Controlar la posición de la escápula: Una correcta retracción y depresión de la escápula durante las elevaciones permite una mayor amplitud en el espacio subacromial, reduciendo la compresión del supraespinoso.
  2. Incluir ejercicios de fortalecimiento para el serrato anterior: Este músculo es crucial para estabilizar la escápula y permitir un mejor movimiento del hombro, evitando que la cabeza del húmero suba demasiado durante las elevaciones. Un serrato anterior fuerte mejora la movilidad y la biomecánica de la escápula, aliviando la presión sobre el manguito rotador.
  3. Utilizar un patrón de elevación con rotación externa: Realizar elevaciones con el brazo ligeramente en rotación externa puede disminuir la activación del supraespinoso y mejorar la alineación del hombro, favoreciendo una separación más eficiente de los tendones dentro del espacio subacromial.
  4. Evitar las elevaciones en ángulos muy altos: Movimientos que superan los 90 grados pueden forzar la mecánica del hombro y aumentar la presión sobre el supraespinoso. Mantener las elevaciones por debajo de este ángulo, al menos al inicio del proceso de rehabilitación, puede ser beneficioso para evitar un daño mayor.

Implementación del tratamiento conservador

El enfoque conservador para tratar el dolor del hombro por espacio subacromial implica una combinación de fortalecimiento, técnicas de movilidad y modificación de patrones de movimiento. Esto no solo alivia la presión sobre el supraespinoso, sino que también permite mejorar la estabilidad y la función del hombro sin necesidad de recurrir a procedimientos invasivos.

Pasos clave en un programa de tratamiento conservador:

  1. Fortalecimiento de la cabeza larga del bíceps: Utilizar ejercicios como flexiones de codo con rotación externa y trabajo de estabilización del hombro puede ayudar a activar de manera eficiente la cabeza larga del bíceps, aliviando el estrés en el supraespinoso.
  2. Ejercicios de retracción y depresión escapular: Movimientos como el “scapular push-up” (flexión de codo con activación de escápula) y la extensión de hombro con banda elástica pueden fortalecer los músculos estabilizadores de la escápula y aumentar el espacio subacromial.
  3. Modificación de la técnica de elevación: En lugar de realizar elevaciones clásicas, opte por ángulos de movimiento más bajos o trabajar en patrones de movimiento que implican rotación externa del brazo.
  4. Trabajo de movilidad del manguito rotador: Asegurar que los músculos del manguito rotador estén libres de tensiones excesivas es crucial para mantener el espacio subacromial abierto y reducir la compresión.
  5. Reposo activo y fisioterapia: Realizar ejercicios de baja carga y trabajar bajo la supervisión de un fisioterapeuta especializado es fundamental para garantizar una progresión adecuada y evitar un agravamiento de la lesión.

El tratamiento del dolor de hombro por reducción del espacio subacromial no siempre requiere intervención quirúrgica. Con un enfoque conservador que enfoca el trabajo de la cabeza larga del bíceps y la anulación del trabajo del supraespinoso en las elevaciones, podemos lograr una recuperación significativa. El control adecuado de la mecánica del hombro, junto con la estabilización de la escápula y el fortalecimiento de los músculos complementarios, ofrece una solución efectiva y natural.

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