Si llevas tiempo con dolor lumbar y te han mandado una resonancia magnética, es muy común que salgas de la consulta con más dudas que respuestas. A veces, el lenguaje técnico de los informes o ciertos comentarios como “tienes la espalda bastante dañada” pueden generar miedo, confusión e incluso más dolor. Pero antes de alarmarte, es importante que entiendas qué papel tiene realmente una resonancia en tu diagnóstico y recuperación.

¿Para qué sirve una resonancia lumbar?

Una resonancia magnética es una prueba de imagen que permite ver con bastante detalle las estructuras internas de la columna lumbar: discos, huesos, ligamentos, médula y nervios. Sin embargo, aunque la imagen pueda parecer muy completa, no lo cuenta todo sobre tu dolor.

Las resonancias muestran los cambios físicos que han ocurrido en tu columna a lo largo del tiempo. Algunos de esos cambios son agudos, es decir, recientes, y otros son se han producido lentamente a lo largo de los años. Muchos de estos cambios son completamente normales y no están necesariamente relacionados con el dolor que tienes.

De hecho, numerosos estudios han demostrado que personas sin dolor alguno pueden tener resonancias con protusiones discales, artrosis, o cambios degenerativos. Esto significa que ver algo en la imagen no implica automáticamente que eso sea lo que te está causando dolor.

¿Cuánta información útil aporta realmente una resonancia?

Hoy sabemos que la resonancia magnética es solo una parte del puzzle. Su utilidad depende de muchos factores:

  • La posición del cuerpo al hacer la prueba.
  • La calidad de la imagen.
  • La interpretación del radiólogo.
  • La correlación con tus síntomas reales.
  • El motivo por el cual se pidió la prueba.

Por eso, no se debe tomar una decisión de tratamiento únicamente basándose en la resonancia. Es necesario combinar los resultados con una historia clínica detallada, una buena exploración física y una conversación abierta sobre tus síntomas, tus sensaciones y tu contexto de vida.

¿Entonces… es útil hacerse una resonancia?

La respuesta es: depende. En algunos casos específicos, una resonancia puede ayudar a confirmar un diagnóstico o a descartar alguna lesión más seria. Pero en la mayoría de los casos de dolor lumbar, especialmente cuando no hay signos de alarma, la resonancia no cambia el tratamiento.

Muchos profesionales de la salud y organismos científicos recomiendan no hacer pruebas de imagen de forma rutinaria ante un dolor lumbar, a no ser que haya signos claros que lo justifiquen (por ejemplo, pérdida de fuerza progresiva, alteraciones graves de sensibilidad o sospecha de una lesión grave).

¿Qué significan esos términos raros que aparecen en tu resonancia?

Una de las principales fuentes de preocupación es el lenguaje que aparece en los informes médicos. A veces se usan palabras que suenan serias o preocupantes, pero que en realidad describen cambios normales con la edad.

Aquí tienes una tabla con algunos términos comunes y su explicación sencilla:

Término técnicoForma menos alarmista / explicación sencilla
DegenerativoCambios normales por el envejecimiento (como las arrugas en la piel o las canas)
Cambios tipo ModicCambios normales en el hueso de la columna por la carga normal
Deshidratación discalEl disco ha perdido altura y se vuelve mas espeso, no tiene tanta agua como los discos en personas jóvenes, algo muy común con la edad.
Protusión discalEl disco está un poco abultado, pero no necesariamente causa problemas.
Artrosis facetariaCambios comunes en las articulaciones de la columna, propias de la edad.
Pérdida de altura discalEl disco se ha aplanado un poco, algo habitual con los años.
Discopatía degenerativaCambios esperables en los discos con el paso del tiempo.
EspondilosisAdaptaciones óseas normales en la columna con la edad  
Colapso discalEl disco está más estrecho, pero es un cambio que puede no dar síntomas.
Estrechamiento foraminalEl canal por donde salen los nervios es más estrecho, no siempre significa compresión ni síntomas.
Impronta sobre el cono medularEl tejido cercano (como un disco o ligamento) está tocando suavemente la parte final de la médula espinal, pero sin señales de lesión. Es como una presión leve, no necesariamente algo peligroso.

¿Por qué esto es importante?

Porque muchos de estos términos no implican una enfermedad grave ni necesariamente explican tu dolor. La forma en que se comunica un resultado puede marcar la diferencia entre generar tranquilidad o aumentar el miedo.

Estudios recientes han demostrado que cuando los informes de resonancia se explican de manera clara y sin alarmismos, los pacientes se sienten más tranquilos, entienden mejor su situación y se involucran más en su recuperación.

Entonces, ¿qué necesito para entender y tratar mi dolor?

Para abordar correctamente tu dolor lumbar, necesitas algo más que una imagen. Lo más importante es una evaluación completa, en la que el profesional de salud escuche tu historia, valore tus síntomas y realice una exploración física adecuada. Esto incluye:

  • Tu nivel de movilidad.
  • Tu fuerza muscular.
  • Tu sensibilidad.
  • Tus hábitos de movimiento y estilo de vida.
  • El contexto emocional y social en el que vives.

Toda esa información permite al profesional interpretar con criterio lo que se ve en la resonancia y diferenciar qué hallazgos son relevantes y cuáles no.

Conclusión: ¿Es necesaria una resonancia para recuperarte?

No necesariamente. En la mayoría de los casos, el dolor lumbar se puede manejar y mejorar sin necesidad de una resonancia, especialmente si no hay señales de alarma. La clave está en tener un enfoque individualizado, basado en tu situación personal, no solo en lo que muestra una imagen. La Fisioterapia es clave para conseguirlo.

Si ya tienes una resonancia y su contenido te ha generado miedo o confusión, seguro que podemos ayudarte, nos tomamos el tiempo necesario en explicarte los hallazgos con claridad y sin alarmismos. Entender tu dolor es el primer paso para empezar a recuperar el control y avanzar en tu proceso de recuperación.

¿Tienes dolor lumbar y no sabes por dónde empezar?

Entender lo que te pasa es el primer paso para recuperar el control y sentirte mejor. Si quieres pedir cita con nuestra fisioterapeuta, puedes escribirnos a través del siguiente formulario de contacto o directamente a nuestro número de WhatsApp: 656 501 317.
Estaremos encantados de ayudarte.