Esta semana el post va a ir dedicado a cómo se recupera una patología bastante compleja de la columna lumbar que es la radiculopatía lumbar, es decir, la afectación de la raíz nerviosa en un nivel de la columna lumbar. Como siempre, para conseguir una óptima recuperación, es necesario entender esta lesión, que el paciente entienda sus síntomas y el pronóstico, para que así todo el proceso de curación se haga lo más ameno posible. 

¿Qué es la radiculopatía lumbar? 

Para comprender esta patología es necesario irnos primero a la anatomía de la columna lumbar. La columna lumbar tiene 5 cuerpos vertebrales que van de L1 a L5 con sus discos intervertebrales. Detrás del cuerpo vertebral tenemos el agujero vertebral que es por donde pasa la Medula Espinal y entre cada vértebra se forma el agujero intervertebral o agujero de conjunción que es por donde sale cada raíz nerviosa. 

Cuando sale la raíz nerviosa de cada nivel se van entrelazando para formar los plexos nerviosos y de ahí que luego se forme el nervio periférico, el más famoso en el miembro inferior es el nervio ciático y en el miembro superior el nervio mediano. Una vez que se forma el nervio periférico es el que llega hasta el final de los dedos tanto del pie como de la mano. 

Si nos quedamos a nivel vertebral, justo en la salida de la raíz nerviosa, ahí es donde ocurre esta lesión, que es la afectación de la raíz. 

Dentro de la afectación de la raíz lumbar en un nivel, esto puede ocurrir por un problema en el disco, una discopatía que conlleva a una radiculopatía irritativa con mucho componente inflamatorio y neuro-inmune. 

También está la radiculopatía compresiva, donde los síntomas son muy diferentes. En este post vamos a centrarnos en la recuperación y el manejo de la radiculopatía lumbar irritativa por una hernia discal. 

¿Qué ocurre en una radiculopatía irritativa que da esos síntomas tan característicos y desagradables? 

Seguro que alguna vez has escuchado que cuando tienes una hernia discal, es como si fuese un globo que sale del disco intervertebral y pinza el nervio, y cuando pinza el nervio por eso te duele. Eso es una creencia totalmente errónea y desactualizada. 

El mecanismo más sencillo de explicar con una metáfora es el siguiente: El disco intervertebral está compuesto por dos elementos principales: el núcleo pulposo que es como si fuera una gelatina compuesta por proteoglicanos (moléculas con alta hidrofilia) principalmente y el anillo fibroso que son un montón de alambres de colágeno fibrótico que protege la gelatina. 

Cuando ocurre una rotura de algunas de las fibras de ese alambre, la gelatina sale al canal medular y entra en contacto por primera vez en su vida con la raíz nerviosa. La raíz nerviosa, imagínatela como si fuese un hilo dental y la gelatina es el dentífrico. 

Cuando se tocan por primera vez, esa cantidad de información química llega a centros superiores y pone automáticamente una respuesta inflamatoria e inmune de protección y ahí es cuando empiezan esos síntomas característicos del nervio. 

Pero no ocurre un pinzamiento, no es algo mecánico, es toda una respuesta neuro inmune brutal del organismo para tratar de quitar toda esa gelatina que ha entrado en contacto con la raíz nerviosa. 

Por eso, seguro que también has escuchado alguna vez que las hernias de disco a los 4-6 meses “desaparecen”, bueno esta información hay que cogerla con pinzas. 

Pero lo que si sabemos a ciencia cierta es que cuanto más grande es la hernia, es decir, más gelatina ha salido al espacio medular, más grande es la respuesta inmune y, por lo tanto, el organismo pone más mecanismos para eliminar todos esos residuos y por eso conforme pasa el tiempo, la hernia que salía en la resonancia ya no sale o sale mucho más pequeña. 

Esto significa que la hernia no se mete otra vez y se sale del disco, eso no puede ocurrir, si no que esa gelatina se disgrega, es decir, con el proceso inflamatorio se va descomponiendo. Aun así, todo esto es mucho más complejo y en cada caso, en cada lesión del disco tendrá una evolución diferente. Solo quiero que te quedes con esto para que entiendas que no es algo tan mecánico como para hacer que un movimiento pince el nervio como tal y por eso te duela. 

¿Cuál es el proceso de recuperación y el pronóstico? 

La recuperación de este tipo de patología es larga en el tiempo hasta volver a conseguir una óptima recuperación o que la persona vuelva a realizar su deporte con normalidad. Dependiendo de la lesión, los tiempos rondan entre 6-8 meses y hasta uno o dos años. 

Si vamos fase por fase, la etapa aguda que son las tres primeras semanas, el paciente se encuentra muy muy mal, pero hay un pequeño cambio entre la tercera y la sexta semana. Entre la sexta y los 3 meses, el 85% de los pacientes notan una mejora significativa y hasta los 6 meses donde se encuentran mucho mucho mejor y ya la extrusión empieza a desaparecer. 

A partir de los 6 meses en muchos de los pacientes queda la sensación de una pequeña molestia o dolor referido hacia periferia muy variable durante el día que no le impide. Al cabo de 1 y 5 años el 25% de los pacientes continúa mejorando, teniendo aún clínica en algunos casos. 

Es importante sobre todo al inicio de los síntomas manejar bien el dolor y los síntomas neurológicos y para ello probablemente el traumatólogo especialista en columna sirva de mucha ayuda para dosificar y pautar la medicación necesaria o incluso la infiltración con corticoides para controlar el dolor de alta intensidad. Durante esta fase es clave la educación, la terapia manual y ejercicios específicos según la sintomatología del paciente. 

Una vez pasada la primera fase más discapacitante, comienza la fase de exposición gradual y fortalecimiento, donde vamos ir añadiendo ejercicios progresivos y combinados de miembro superior y miembro inferior para ir ayudando a la curación del tejido, trabajando a nivel metabólico e ir introduciendo progresivamente ejercicios que impliquen más estrés mecánico al sistema. 

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